No manejo grandes cosas,
con cosas que no puedo entender.
De hecho, he aplacado,
han puesto mi alma a descansar.
Como un niño amamantado con su madre,
como el niño amamantado,
así es mi alma dentro de mí. (Salmo 131, 1b + 2)
Cuando adoramos a Jesús con María,
entonces nuestra alma se vuelve silenciosa, como un niño amamantado con su madre.
Aunque las tormentas a nuestro alrededor
O la rabia en nuestros corazones,
cuando la situación del mundo, la iglesia,
me preocupa,
Sí, si mi propia vida es como una montaña rusa:
María me tiene en su corazón,
A salvo con ella miro a Jesús
y llevar a su corazón
mi miedo al futuro,
mi necesidad de tomar decisiones,
mi preocupación por mi prójimo,
mi pregunta sobre el significado de mi vida.
Mary me da de su seguridad,
de su confianza,
de su fe.
María me ayuda a percibir la voz de Jesús en mi corazón en medio de la tormenta:
“Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados. Te refrescaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, pues soy bondadoso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestra alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera.” (Mateo 11:28-30)
Texto: Sr. Cordula-Maria Leidig
Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator
[2020_03] [2020_04] [2020_05] [2020_06] [2020_07] [2020_08] [2020_09] [2020_10] [2020_11] [2020_12] [2021_01]